
“Cada experiencia es necesaria para que se desarrolle la gran historia del cosmos. Tú tienes un papel específico por desempeñar, al igual que el otro. Mientras vives tu parte al máximo, no pierdas de vista que Tu eres simplemente un hilo dentro del tapiz. Estás aquí para participar en la aventura de la vida. El control es la antítesis. Fíjate en dónde empleas tu energía. El drama de otra persona, su problema, su curación y sus historias no son asunto tuyo. Los estás utilizando como distracción del trabajo de tu alma, de tu propósito y de tu poder. Tu ego los utiliza para su validación, significado e importancia. Cuando colocas energía sobre otros (aunque sea energía de preocupación-amor-ayuda) mantienes sus asuntos en su sitio. Esos individuos son Divinos, igual que Tú. Sostenlos como capaces.”
(Extracto “Viviendo”, Simran, Matiri, 2023, Editores Mexicanos Unidos)
Este texto me llamó la atención profundamente por las implicaciones que lleva, y son muchas a muchos niveles.
Una de las cosas que debemos entender en un acompañamiento terapéutico es que lo importante no es el diagnóstico sino la comprensión de quien es el paciente. De nada sirve aislar los síntomas si no somos capaces de entrar a las profundidades de quien es, cómo se percibe así mismo y al mundo que lo rodea. La sanación no está en el síntoma sino la causa y para llegar a ella hay que cavar profundo. No se trata de desmenuzar la niñez sino de encontrar la causa, resolverla y regresar al presente.
En el acompañamiento terapéutico no nos recreamos en el sufrimiento, solo obtenemos la información y nadamos de vuelta a la superficie encontrando nuevas formas de expresar esas experiencias pasadas de manera que ayuden a avanzar y sentirse realmente bien.
Se trata de encontrar los potenciales, de recuperar o desarrollar la fuerza interna y la capacidad para hacernos cargo de nosotros mismos.
Y ahí es donde este texto me atrapó. Todos somos capaces, todos tenemos luz en nuestro interior, todos tenemos una mente primordial pura, todos tenemos el poder para ser felices tomando decisiones y acciones en amor. Todos somos divinos porque provenimos de la Divinidad. Por tanto, en el acompañamiento no se trata de ajustarse a la vida, sino descubrirnos en la vida.
Ver con angustia, preocupación o lástima a quien sufre es verlo incapaz de encontrar su luz. Y no le hacemos ningún favor. El mensaje que recibe es “tú no puedes”.
Así pues, en el acompañamiento terapéutico es vital verlo como capaz, con poder y autonomía, para que el mensaje sea “tú si puedes”.

Ayuda mucho comprender que todos somos actores de una gran obra de teatro que es la vida y desempañemos un papel vital para la totalidad del entramado que es. De alguna forma consciente o inconsciente cada uno de nosotros hemos elegido el papel que representaremos, así que el sufrimiento y la dicha son parte del guion elegido. Si no es el papel que quieres desempeñar, siempre puedes moverte y aprender otro papel.
Si en algún punto de tu vida quieres desempeñar otro papel que te dé más alegría, libertad y amor propio, es muy posible que esté más alineado a quien realmente eres y que por muchas razones no llegabas a descubrir.
Cuando aprendía meditación con mi gran maestro Kavindu, y nos hablaba del surgimiento de las 5 inteligencias que se despiertan en la meditación de acuerdo a la perspectiva budista, a mí me llamaba la atención poderosamente una: la armonía natural. Según sus palabras, “Las cosas son como son y al experimentarlas así, sin juicio, comprendemos su relación natural”. A partir de ahí, yo jugaba con amigos diciendo “es que la vida es perfecta”, sobra decir que más de uno se enojaba o le daba risa, pero para mí era eso, quizá no entendemos por qué las cosas son como son, pero si las vemos sin juicio, comprendemos que todo está armonizado en cierto nivel.
Por tanto, no sabemos por qué hay personas que experimentan desde muy pequeños situaciones dolorosas y otras menos, lo que sí ayuda, es entender que, aunque no lo parezca, hay cierta armonía de ello con la vida. Así que cada persona con una experiencia dolorosa lleva también en su mochila el remedio: una mente primordial pura, amor, compasión y fuerza interna, verlos con la capacidad de acceder a sus recursos para su sanación es vital si queremos acompañarlos en ello.
Hasta aquí algunas de mis reflexiones sobre el texto… ¿y las tuyas?
18/02/25