
La meditación Tonglen es una de las prácticas de la tradición budista tibetana más bellas. Se le llama también la meditación de la compasión, o la meditación de “dar y recibir” por su traducción. Es una de las meditaciones principales de Lojong que son las prácticas meditativas de entrenamiento mental, un conjunto de antídotos contra los hábitos mentales no deseados que causan sufrimiento. La meta es la transformación del estrés como práctica para desarrollar sabiduría y compasión.
La compasión es una de las 4 nobles moradas junto con el amor incondicional, la dicha empática y la ecuanimidad y que son virtudes de la mente que podemos desarrollar. Si bien, la práctica Tonglen es una meditación externa a las 4 moradas sublimes, desarrolla una de esas 4 virtudes.
En esta práctica se utilizan los estados emocionales abrumadores para el desarrollo de la aceptación, la resiliencia y la gestión mental/emocional. Se trata de desarrollar la compasión a través de la purificación de todo aquello que resulta desafiante en nosotros. La meta es la transformación del estrés como práctica para desarrollar sabiduría y compasión. El Tonglen, permite cultivar la fortaleza y la confianza como recursos internos para enfrentar el sufrimiento propio y ajeno.
Si bien la compasión se entiende generalmente como un estado de pena o lástima sobre el sufrimiento propio o ajeno, la verdadera compasión no tiene nada que ver con eso, es, más bien, una profunda empatía por el sufrimiento desde la bondad, la amabilidad y la confianza de que quien sufre tiene también los recursos internos para aliviarlo. Se trata de estar presente y disponible ante el sufrimiento sin huir o negar, siendo un vehículo de amor disponible para sí mismo o el otro que permite conectar con los recursos necesarios para aliviarlo.
El sufrimiento es una construcción mental que genera emociones abrumadoras, es decir, el dolor es inevitable en la vida, hay muchas situaciones que causan dolor y el sufrimiento es todo el drama construido alrededor de él a través de juicios, crítica, conceptualización, y rechazo. Sin embargo, una vez hemos llegado al sufrimiento, tenemos opciones para liberarlo, y la meditación Tonglen es una de ellas. Se trata de “estar” con aquello que duele en un espacio de aceptación en donde solo sentimos sin conceptos, sin juicios y sin tratar de huir de aquello que duele, es permitirse experimentar el dolor sin llevarlo al sufrimiento. Y una vez allí, llevarlo a nuestro corazón luminoso y transformarlo en compasión, amabilidad y amor.
¿Cómo se practica?

Antes que nada, reflexionar sobre lo anterior, estar muy claros lo que se busca para no caer en actitudes que degraden lo que somos y como vemos a los demás.
Así que puedes comenzar con unos minutos en silencio, con ojos cerrados, sintiendo, observando, siendo testigo de lo que ocurra en tu mente, cuerpo y emociones. Y una vez que sientas que has encontrado cierta calma, pasas a lo siguiente.
Mientras te mantienes respirando profunda, suave y rítmicamente, imagina o visualiza una luz blanca que proviene de arriba y entra por tu coronilla inundando con suavidad cada una de tus células. Siente como esa suave y cálida luz despierta tu corazón y lo llena de amor, un amor sin juicio, y sin conceptos. Permítete sentir unos minutos esa calidez en tu corazón.
Con la inhalación, contacta con aquello que percibas en ti que sea doloroso o abrumador y llévalo al centro luminoso del corazón permitiendo que se purifique y en la exhalación libéralo purificado en la forma de esa luz blanca en tu corazón. Permanece amable a lo que encuentres en ti y conforme inhalas y exhalas ve sintiendo y liberando aquellas partes dolorosas que has guardado por temor a verlas o sentirlas. El corazón luminoso cuenta con el potencial de equilibrar todo eso y poco a poco irte llevando a la calma y la seguridad.
Luego de unos minutos, cuando te sientas más calmado/a y relajado/a, toma dos respiraciones profundas y suelta el trabajo hacia ti mismo/a.
Evoca a una persona que sabes que la está pasando mal, por la razón que sea (físico, mental o emocional) y contacta con ella a través del corazón. Ábrete a percibir aquello que le es doloroso y haz lo mismo que contigo. En la inhalación, contacta con su dolor y llévalo a la luz de tu corazón para purificarlo. Mantente disponible a aquello que surja y con amabilidad y compasión permite que la luz lo purifique. Al exhalar, regresa a esta persona esa energía purificada y dásela como un delicado regalo.
Hazlo durante algunos minutos, hasta que sientas que esa persona ha recibido este regalo y puede contactar con sus recursos personales para llegar al bienestar.
Toma dos respiraciones profundas y suelta el acompañamiento a esa persona.
Y regresa a ti. Es posible que haber conectado con el sufrimiento ajeno, haya movido emociones y sensaciones en ti que hay que atender.
Repite el Tonglen hacia ti mismo/a unos minutos más.
Toma dos respiraciones profundas y suelta el Tonglen hacia ti.
Mantente unos minutos sin nada que hacer, en la quietud del momento, solamente respirando y sintiendo.
Cuando te sientas listo/a, ve saliendo poco a poco de tu postura y finalmente abre los ojos.
Deseo que al terminar la meditación te sientas más liberado/a y en paz.
Un abrazo.
14/03/2025