A lo largo de nuestra vida, vamos acumulando cosas no dichas, secretos y sentimientos inexplorados, que como una olla exprés, van creando presión en nuestra psique y cuerpo.
Esta presión debe ser liberada, y si no lo expresamos adecuadamente, puede ser expresada a través de una enfermedad.
Expresar esas partes de nosotros que hemos escondido puede darnos un gran alivio.
Una vez expresado de manera adecuada dónde y con quien es adecuado, nos permite liberarnos, y entonces si, sin esa carga, seguir nuestro camino con tranquilidad.
Y entonces, ese acto se convierte en un escalón para avanzar en la purificación y el crecimiento personal.
Maravilloso, ¿no?.