En el reciente artículo publicado, hablé de la evolución de los números contado como una historia, y entonces se me ocurrió contar el camino que recorre el Tarot a través de los Arcanos Mayores hasta la plenitud. Digamos que es todo un viaje iniciático ante las etapas de vida que transitamos todos al menos una vez en la vida y en general, muchas veces en la misma.
Todo comienza con el “viaje del Loco”, el que comienza con una idea y nos levanta del letargo, tomamos algunas cosas y nos “aventamos” a vivir la nueva aventura. No sabemos bien a dónde, o cómo o qué nos espera, pero sabemos que sólo necesitamos una gran confianza y mucho entusiasmo. Sabemos que lo importante es comenzar y lo hacemos con alegría. El universo nos sostendrá. Y si nos llaman “Loco” por intentarlo nos sentimos aún más confiados y audaces.
Queremos y podemos hacer magia, la idea comienza a desarrollarse, el Mago nos ayuda a revisar nuestras herramientas para llevarla a cabo, y nos muestra que el ingrediente más importante es nuestra capacidad de transformar esa idea en algo tangible, de ser los magos de nuestra vida. Solo será necesario atrevernos a dar el paso, a comprometernos con la idea.
Toca ahora acumular información tanto interna como externamente. Ya sabemos qué queremos y hemos visto que tenemos las herramientas para llevarlo a cabo, por tanto, en la Sacerdotisa comienza la acumulación de toda la información que requerimos para llegar para materializar la idea. Tomamos información externa a través de libros, maestros, observación y cualquier cosa que sea necesario, y también tomamos información de dentro de nosotros mismos, de nuestras experiencias pasadas, conocimientos adquiridos, información acumulada, meditación y otros. La idea de la Sacerdotisa es unir las piezas para llevar a cabo este proyecto.
Con gran alegría la Emperatriz pone en el mundo el fruto de lo que comenzó con el Loco. No hay visión a largo plazo, pero hay entusiasmo y belleza. La Emperatriz sabe que su propósito es darle vida y con ello garantizar la continuación.
Ahora hay que ordenar y mantener lo iniciado, para ello llega el Emperador, para darle estructura, fuerza y continuidad. El Emperador es el padre, esposo y actor que con su trabajo preserva y estabiliza. A veces puede parecer rígido, y lo es, por lo que necesitará que la Emperatriz se mantenga cerca de él para suavizarlo, aunque no detenerlo o desalinearlo.
Una vez que todo parece estable y camina con facilidad, llega el Hierofante para imprimir nuevas ideas, para llevarlo todo a una nueva dimensión material con la idea de conectarlo con lo divino. Puede ser la enseñanza, o bien, un perfeccionamiento de lo logrado hasta hoy. Es posible que, para ello, haya que formalizar asuntos que habían quedado dispersos y que se necesita inscribir en estructuras sociales, legales o espirituales.
Y en este punto, todo se abre para tomar nuevas decisiones y acciones, ahora interesa encontrar quien acompañe en el camino. Así entonces, llega el Enamorado. Tiene opciones, y se pregunta cual elegir. Necesitará conectar consigo mismo para elegir aquello que lo haga sentirse más construido internamente, más libre y feliz.
Tomando las riendas de su vida se puede decidir llegar a la meta con éxito, así que llega el Carro (Carruaje). Este personaje no está libre de miedo o preocupaciones, pero reconoce sus potenciales y triunfa porque lo ha decidido, se ha arriesgado y ha conducido su vida hacia el éxito. El éxito que representa este arcano es material, a través del trabajo físico, mental y emocional.
Y en ocasiones las cosas salen muy bien y otras no, la Justicia es el resultado visible de ello porque muestra en nuestra vida el resultado de nuestras decisiones y acciones. Si lo que obtenemos nos gusta es que hemos hecho un buen trabajo personal y si no nos gusta es porque hemos llevado a cabo acciones que nos condujeron a ese resultado. Poder mirarlo sin juicio permite cambiar la forma de actuar en la vida sabiendo que como la ley de causa y efecto, todo lo que experimentamos en la vida tiene una causa en nosotros mismos.
De acuerdo a los resultados obtenidos con la Justicia, aparece el Ermitaño para interiorizarlos. El trabajo que lleva a cabo es quizá una pequeña crisis que se vive de manera positiva, porque de ella pueden surgir nuevos propósitos de vida, se descubre la propia sabiduría y se recoge el aprendizaje de las experiencias vividas.
Y entonces cambia el ciclo. La Rueda de la Fortuna nos invita a dejar atrás lo vivido una vez que hemos extraído el aprendizaje y disponernos a vivir lo nuevo. El cambio de ciclo se dará de cualquier forma, así que aceptarlo y vivirlo con entusiasmo permite observar el avance y la sabiduría obtenida hasta el momento.
El viaje material ha terminado y comienza el espiritual.
02/09/2024