Todo lo que sucede en nuestra experiencia de vida es importante.
Nada es fijo ni sólido. Creerlo así genera dolor.
En nuestras experiencias le introducimos expectativas, creencias, juicios e interpretaciones. Y si la experiencia no se desarrolla de acuerdo a ellas, nos sentimos mal.
Se nos olvida que así como nosotros introducimos creencias y limitaciones, los otros también, y en ese escenario todo puede cambiar.
Todo en nuestra vida es un proceso en constante cambio y transformación.
Estar conscientes de ello, nos permite serenarnos y ser creativos.
Si nos sentimos detenidos, revisemos si estamos fijando alguna situación con nuestros pensamientos y acciones, y si es así, reconocerlo, trabajarlo y fluir.
Y entonces la vida se vuelve asombrosa.