Integración
Con frecuencia, reconocemos cualidades en nosotros que procuramos fortalecer, y aún cuando hacemos un buen trabajo para ello, siguen apareciendo reacciones, actitudes, sentimientos y emociones que consideramos defectos y que no sólo no queremos que los demás vean, en realidad, ni siquiera nosotros los queremos ver.
Estos “defectos” tratamos de esconderlos, mantenerlos a raya o luchar contra ellos sin lograr apagarlos.
Cuando salen a la superficie, lo primero que hacemos, generalmente, es negarlos, pero si eso no funciona, entonces los justificamos culpando a otros de nuestras reacciones, y si eso tampoco funciona, nos juzgamos a nosotros mismos por ello.
Y en realidad “eso” también es parte de nosotros, y una parte valiosa también en nuestra vida, y la única forma de comenzar a sanarnos es atrevernos a ver esos aspectos que nos molestan, observarlos, reconocerlos e integrarlos.
Y con frecuencia, eso que no nos gusta de nosotros se convierte en nuestro aliado y nos libera.
¿Interesante no?