Piensa en un contratista de obra, para poder hacer bien su trabajo necesita tener a mano sus herramientas, para ello necesita una caja de herramientas donde poner el martillo, los desarmadores, los clavos y tornillos, las tuercas, las pinzas, y todo lo que necesita para usarlo en el momento que requiera, de esta forma no necesitará ir a buscarlas para realizar cualquier trabajo.
Este ejemplo nos lleva a una metáfora, nuestra caja de herramientas para cualquier situación estresante en nuestra vida.
Todos tenemos herramientas para lidiar con el estrés, las emociones discordantes y los sentimientos dolorosos; sin embargo, generalmente no las tenemos en nuestra “caja de herramientas” a mano para cualquier situación de emergencia. Y esto sucede porque por lo general tampoco sabemos que las tenemos.
¿Qué pasaría si hacemos un recuento de nuestras herramientas y las ponemos en una caja de herramientas metafórica que llevemos siempre con nosotros?
Una herramienta es cualquier acción que nos permita gestionar momentos de estrés: preparar y tomar té, salir a caminar, meditar, hacer respiraciones, contactar amigos, ir a terapia, mentalizar, reconocer la emoción, escuchar música, subir y bajar escaleras, en fin, muchas cosas que podemos hacer para mejorar conscientemente una situación de estrés. La idea es que lo que sea que haga no reprima la emoción sino la trabaje para liberarla de manera más sana y poder volver al estado de ecuanimidad.
Y ¿qué es la ecuanimidad? Es la capacidad para mantener un equilibrio anímico y permanecer fuera del juicio de las emociones. No se trata de estar de acuerdo con todo, sino de poder mirarlo sin juicio y experimentarlo sin perder el control de nuestro estado emocional.
Y es ahí donde la caja de herramientas tiene su misión, en ayudarnos a mantenernos equilibrados sin caer en las polaridades mentales y emocionales.
No significa no reconocer lo sucedido, ni suprimir la emoción que surge, se trata de mantener nuestra salud emocional a pesar de la experiencia.
Para “armar” una buena caja de herramientas, comienza por observarte, ¿Qué emoción es preponderante en ti?, ¿es agradable o desagradable?, ¿cuáles son sus detonantes?, ¿qué te sirve en ese momento para equilibrarla?, ¿lo que has usado anteriormente, te sigue sirviendo?, ¿es momento de cambiar la herramienta? Observa sobre todo cuando reacciones intensamente y esa reacción te genera malestar, ¿qué ocurrió?, ¿qué emoción surgió?, ¿Cuál fue su detonante?, ¿a dónde te lleva esta mentalización? Pongamos un ejemplo: imagina que tus padres solían hacerse bromas pesadas y siempre alguno terminaba enojado y discutían. Cuando veías eso, decidías encerrarte en tu recámara hasta que las cosas se calmaran. Hoy de adulto, cuando alguien hace una broma, incluso muy inocente y divertida, tu te estresas y huyes a encerrarte a tu casa. Te explicas mentalmente que a ti no te gustan las bromas porque siempre terminan mal y te enojas con cualquiera que pretenda hacerte una. En este ejemplo, al volverte adulto y observar esta reacción, es posible que decidas cambiar la herramienta, en vez de enojarte e ir a encerarte a casa, decides sentarte con esa persona y explicarle lo que te sucede, o mejor aún, decides trabajar en ello, pruebas con respiraciones que puedes hacer en el momento, o imágenes que puedas traer a tu mente durante la experiencia y que tengan la función de hacerte ver que estás reaccionando a tu pasado y no a tu presente o vas a terapia, o lo hablas con alguien en quien confíes o cualquier otra cosa que se te ocurra y funcione para permitirte sanar el pasado y mantenerte presente en la experiencia sin perder el equilibrio mental y emocional.
Te animo a armar tu caja de herramientas, puede ser tan diverso como ante la tristeza, ver videos de comedia, o prepararte un delicioso té, o salir a caminar, o escribir, y ante el enojo, salir a correr, hacer algún tipo de ejercicio, pintar, colorear mandalas y así en cada una de las emociones que están fuera de control.
Y una vez que te sientas nuevamente en calma es muy importante que revises esa emoción o pensamiento y lo trabajes en consciencia. Todas las emociones que llamamos negativas tienen una función ya sea de supervivencia, o de crecimiento, todas sirven, unas nos ayudan a ver lo que hay que cambiar en nosotros, otras nos ayudan a tomar decisiones y acciones, otras, solamente nos indican que alguna decisión o relación o experiencia no es adecuada para nosotros, en fin, los mensajes son diversos, entrar conscientemente a mirarlos y trabajarlos nos permite crecer y tener cada vez más una vida plena.
¡Ah! Y no olvides que, aunque es una metáfora, la caja de herramientas debe ser funcional y bella.
02/08/24