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Si, siempre.
Y al mismo tiempo, podemos pensar que no.
Cuando nos enfermamos, en realidad comenzamos con síntomas que avisan el desajuste en nuestra salud, como tensión corporal, dolores varios o malestares diversos; generalmente no ponemos atención o ni siquiera los notamos hasta que aparece la enfermedad y entonces vamos al médico para que nos diagnostique y nos dé tratamiento en general farmacológico. Este tratamiento va a detener o aliviar los síntomas, pero en la mayoría de los casos no se llega a la causa y por tanto la enfermedad se vuelve recurrente o crónica.
De acuerdo al Reiki, la enfermedad física es el estadio final de un conflicto que en general inició en otras áreas: mental, emocional o espiritual. Por tanto, la causa no ocurre en el cuerpo en la mayoría de los casos, salvo en infecciones agudas, accidentes o envenenamientos. La causa entonces habrá que buscarla en las razones conscientes o inconscientes que me han llevado a dicha enfermedad. Por ejemplo, alguien enfermo de diabetes, quizá supongamos que es por comer mucha azúcar y el organismo ya no puede procesarlo, sin embargo, la causa aparente es esa y si profundizamos un poco más descubriremos las causas mentales/emocionales que llevan a esa persona a comer más azúcar de lo recomendable, quizá amargura, tristeza, eventos dolorosos y no procesados adecuadamente, duelos no realizados y en general algún dolor que esta persona quiere aliviar a través de la azúcar.
Por tanto, una terapia Reiki, igual que cualquier otra terapia es efectiva siempre a algún nivel, sin embargo, la enfermedad o el malestar puede volver a presentarse si no se hacen los cambios necesarios para cambiar la causa que la originó. Esto es, sanar o cambiar la percepción sobre las experiencias vividas, cambiar hábitos de comportamiento o alimenticios y en general hacer lo necesario para solucionar la causa que nos llevó a la enfermedad.
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La pregunta entonces es ¿cómo sabemos cuál es la causa? Afortunadamente hoy hay muchas herramientas para llegar a la causa, como la metafísica, la bioneuroemoción, la biodescodificación, las constelaciones familiares, el acompañamiento terapéutico y muchas otras, incluso la medicina a través de médicos conscientes que nos pueden ver holísticamente y a través de preguntas y observación se descubre la causa original.
La observación de nosotros mismos también nos puede llevar a la causa y poder trabajar en ella. Por ejemplo, si alguien presenta presión alta cabría observarse y determinar cuándo la tiene más alta, cuando disminuye, si tiene que ver algún evento que lo detona o bien algún hábito. Puede ser incluso, que la presión suba cuando ve a cierta persona o tiene que tomar alguna decisión sobre un tema recurrente. Observarse y hacer todas las preguntas necesarias puede ayudar a dar con la causa, preguntas como: ¿cómo me siento? ¿qué emociones surgen en este evento/situación?, ¿porqué creo que necesito ciertos alimentos?, ¿qué hábitos me desencadenan síntomas?, ¿qué hay detrás de este hábito? ¿qué me está diciendo esta enfermedad?, ¿qué me gustaría mejorar en mi vida?, y muchas otras.
Nosotros tenemos toda la información dentro de nosotros. Si bien, no somos médicos y no conocemos el funcionamiento del cuerpo, ni las implicaciones de lo que ocurre en él, si conocemos nuestro cuerpo, y eso ayudará al médico o terapeuta da hacer con más eficacia su trabajo.
Entonces, el Reiki es una herramienta de sanación física, mental, emocional y espiritual; siempre funciona; pero, si no hacemos cambios en nosotros y nuestro entorno y seguimos nuestra vida exactamente igual como antes, estaremos en las mismas circunstancias en las cuales se generó la enfermedad y esta vuelve a aparecer.
La parte más complicada de cualquier curación es justamente crear nuevos escenarios, más sanos, para lograr una sanación completa.
¿Qué estás dispuesto a hacer tú para estar sano?
20/09/2024