Costa Rica: +50670468886

Ciudad de México: +525521499712

Correo electrónico

contacto@anaelisamoreno.com.mx

Citas e información por correo

Sesiones por Zoom

El acompañamiento terapéutico no trata de “encajar” a la persona en los límites sociales de lo que llamamos normal, ni tampoco en los límites de lo que la psicología llama patologías. Es, como su nombre lo indica, un acompañamiento para que la persona descubra su propio mundo interno.

Todos somos una multiplicidad de yoes conviviendo en un gran Yo que, a la vez, continúa cambiando y evolucionando día a día. Tratar de definirnos como algo fijo y estructurado es dejar de lado que las experiencias dejan huella en nosotros de muchas formas y que eso nos obliga a modificarnos internamente.

Por ejemplo, si somos niños y aprendemos a hablar, no seremos los mismos que una vez que ese conocimiento entró en nosotros, la percepción de la vida ha cambiado y ahora se ha abierto una nueva forma de estar en el mundo. De la misma forma, si hemos tenido un rompimiento amoroso, la vida nos habrá cambiado con esa experiencia.

Sugerir que “sigo siendo el mismo” desde que era pequeño hasta que soy adulto, y pretender tener las mismas ideas, conceptos de la vida y sentimientos es una forma de negarme a vivir, porque la vida es cambio constante.

Y en ese constante cambio de lo que somos, seguimos teniendo un temperamento y una esencia que no cambia si no que se transforma y se adapta a medida que “vamos siendo”.

En el acompañamiento terapéutico, la idea es conectar con esa esencia que es inmutable para ir encontrando los potenciales que podemos desarrollar y los desafíos que hay que trabajar, de tal forma que lo que “vamos siendo” sea coherente y sano con esa esencia.

Se trata de ir quitando capas y capas de personajes que nos hemos puesto en el camino desde la crianza y la socialización hasta que somos adultos. Ir descubriendo las creencias que tenemos y que se manifiestan en nuestros hábitos, decisiones y acciones. En esta revisión, decidir si nos quedamos con ellas aún o las cambiamos por otras más acordes a lo que verdaderamente somos y nuestro momento de vida.

El acompañamiento no es para toda la vida, es solo durante el tiempo necesario para que la persona se sienta fuerte y lista para vivir a través de su verdad íntima, así como aprenda a adaptarse, transformarse y autogestionarse a través del reconocimiento de sus herramientas actuales.

He tenido la fortuna de trabajar con pacientes que se han comprometido a ello y acompañarlos ha sido un honor. He conocido personas que solo quieren trabajar algún aspecto de sí mismos y otros que vienen a trabajarse completos. De ello depende el tiempo que permanecen acompañados. Algunos lo necesitarán unas cuantas sesiones y otros algunos años.

Cada vez que me siento frente a un paciente, mi trabajo es descubrir quien es, cómo funciona y cómo percibe la vida, es decir, entrar en su mundo interno para ayudarlo a extraer de sí mismo todo lo que necesita para su sanación. El respeto y el amor son los dos ingredientes básicos del trabajo de acompañamiento. Honrando cada parte de la persona que tenemos enfrente, caminando en su mundo con dulzura y compasión, sabiendo la responsabilidad que tenemos los acompañantes de ser solamente un testigo observador de sus procesos y una fuente de inspiración para que los lleve a cabo.

Nuestro propio mundo interno es sagrado, para entrar ahí necesitamos amor, compasión y cuidado. Y si te decidas a entrar puedes encontrar cosas maravillosas y otras muy dolorosas. Y siempre valdrá la pena.

03/09/2024

Artículos recomendados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *